Filodendro Melanochrysum
Cuidados
Luz:
Prefiere luz brillante e indirecta. La luz solar directa, especialmente durante el fuerte sol del mediodía, puede quemar sus delicadas hojas. Una ventana orientada al este u oeste suele ser ideal, posiblemente con cortinas transparentes para difuminar la luz.
Suelo:
Requiere una mezcla de tierra rica, bien drenada y aireada. Una buena mezcla para aráceas a menudo incluye ingredientes como fibra de coco, perlita y corteza de orquídea para asegurar un buen drenaje y prevenir la pudrición de la raíz.
Riego:
Riega cuando la parte superior del suelo (los primeros 2-5 cm) se sienta seca al tacto. Le gusta la humedad constante, pero es muy susceptible a la pudrición de la raíz si se riega en exceso. Es preferible regar un poco menos que en exceso. Si se le da un poste de musgo, mantenerlo constantemente húmedo fomentará la adhesión de las raíces aéreas y promoverá un mayor crecimiento de las hojas.
Humedad:
La alta humedad es esencial, idealmente entre el 60% y el 80%, para imitar su origen selvático. Puedes aumentar la humedad con un humidificador, bandejas con guijarros y agua, o agrupándola con otras plantas.
Soporte:
Como planta trepadora, se recomienda encarecidamente proporcionarle un poste de musgo u otro soporte vertical. Esto permite que las raíces aéreas se adhieran, lo que anima a la planta a producir hojas mucho más grandes e impresionantes.
Fertilización:
Fertiliza durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) con un fertilizante líquido equilibrado o uno de liberación lenta.
Poda:
Poda las hojas amarillas o dañadas para mantener la salud y la estética.